jueves, 14 de abril de 2016

YUGOSLAVIA: EL ORGULLO DE EUROPA

Nunca olvidaré la devoción que los jóvenes españoles de los ochenta profesábamos a la República Federal Socialista de Yugoslavia. A los que éramos de izquierdas en la España de la transición y del postfranquismo nos enorgullecía que un país como Yugoslavia fuera una realidad. Aunque la Cibona de Zagreb, Drazen Petrovic y la selección nacional eran cosas que no nos hacían muy felices, algunos (como yo), nos interesamos por ese país y, en nuestras pesquisas, descubrimos una cosa que nos corroboraba que podíamos ser felices en la tierra incluso con regímenes políticos de partido único.
Porque Yugoslavia, en los años 80 era una gozosa realidad: fabricaba de todo, era por todos respetada, tenía fuerza y orgullo,  jugaba a todos los deportes de equipo como los ángeles, congeniaba con el vaticano y con la Thatcher (estas dos cosas eran lo peor que tenían, pero decía bastante de su talante abierto y conciliador),y su líder, un gran líder,  era un tipo simpático y agradable. Sus playas eran preciosas y sus lenguas sonaban todas muy bien.
En esa época, los jóvenes aficionados al baloncesto españoles nos poníamos el sufijo “-vic” para ser más yugoslavos….y ver jugar a Petrovic era un placer, hasta para los que éramos del Real Madrid y, aunque nos endosaba 40 puntos, disfrutábamos con ese chaval que era único. Ante un genio había que inclinarse. El nos regaló un placer que aderezó nuestros años de juventud y afición al noble deporte de la canasta.
Cuando, estudiando económicas, conocí el socialismo autogestionario, mi admiración se redobló. Descubrí que Yugoslavia, tenía un índice de igualdad del 0.20, el segundo mejor del mundo tras Checoslovaquia, que tenía un 0.18….Y ya se me saltan las lágrimas de la nostalgia.
                Fue Alemania, sabedora de que de permanecer unida, Yugoslavia les superaría, los que urdieron la trama para desmembrarla.
                Pero eso ya es otra historia….


¡bendita seas Yugoslavia! ¡ojalá vuelvas a ser lo que fuiste!

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